Nuestra historia
Cronologia
Desde 1925, Helados Monllor ha mantenido viva la tradición heladera familiar. Cuatro generaciones de pasión, esfuerzo e innovación nos han convertido en un referente en Sagunto. Descubre nuestra historia.


Los inicios - 1ª generación
1893 – Francisco Monllor nació en Tibi, Alicante. En su juventud, se casó con María Gironés y emprendió un viaje en tren que se averió en Sagunto, ciudad que recordaría con cariño.
1923 – Tras regresar a España y aprender el oficio de heladero en Madrid, comenzó a elaborar mantecado y galletas, creando el “Chambi”.
1924 – Intentó vender helados en Ceuta sin mucho éxito.
1925 – Se estableció en Sagunto, recorriendo sus calles con su heladora y su hijo, quien desde pequeño se involucró en el negocio familiar.
2ª generación
1941 – Emilio, ya con 18 años, hizo evolucionar el negocio, llegando a contar con tres carritos de helados ambulantes y un puesto fijo en el paseo La Glorieta. Unos años más tarde, se casó con Carmen Celestino.
1949 – Nacen Paqui y Mari Monllor en Sagunto, hijas gemelas del matrimonio. Desde pequeñas ayudaban en el negocio familiar cubriendo las horas de comida de su padre, aunque evitaban servir cortes de helado por no atreverse con el cuchillo. Años más tarde, decidieron dedicarse al oficio.
1953 – Aparecen los “Coyotes”, moldes cilíndricos de metal con dos sabores de helado y un palito de madera. Los más populares fueron los de vainilla y chocolate.
1956 – Se comenzó a elaborar horchata de chufa valenciana de producción propia.
1960 – Emilio, junto a su esposa, sirvió helado en celebraciones y comenzó a suministrar helado a los locales de hostelería de la ciudad con la ayuda de bicicletas.


3ª generación
1966 – Las hermanas abren la tienda en Cami Real, ampliando la gama de sabores de helado.
1967 – Nacen los “Limones”, obleas rellenas de helado de limón.
1984 – Nace Francisco Monllor en Sagunto, futuro heredero del negocio.
2004 – Paco se une oficialmente al negocio, ayudando en la fabricación y tienda.
2006 – Tras la muerte de Emilio, Paco asume la producción de helados, horchata y granizados.
2009 – Se especializa en heladería artesanal y pastelería en la Carpigiani University y la Universidad de Alicante.
4ª generación
2017.- El negocio al completo pasa a manos de la 4a generación.
2022.- Conoce a su mujer Teresa Lacasa, la que le acompaña tanto en la parte de producción como en la venta.
2025.- Se cumplen 100 años desde la primera temporada en Sagunto. Un siglo de tradición familiar coincidiendo con el nacimiento de la hija del matrimonio Laura Monllor.

Nuestro legado
Desde nuestros inicios, hemos sido más que una heladería: un punto de encuentro, tradición y recuerdos. A lo largo de los años, hemos compartido momentos inolvidables con generaciones de clientes, cuyas historias forman parte de nuestra esencia. En esta página, te invitamos a recorrer nuestro legado a través de fotografías de la heladería, desde sus primeros días hasta la actualidad, testimonios entrañables y recortes de prensa que reflejan nuestra historia. Porque más que un negocio, somos una tradición que sigue viva en cada sonrisa y en cada helado servido.


Historias que nos conmueven
Una de nuestras historias más queridas es la de Vicente y Paco, dos amigos inseparables que siempre recorrían el mismo camino para visitar a sus novias, que eran hermanas. Tras dejarlas en casa, su siguiente parada era nuestra tienda, donde siempre pedían horchata fresca. Sin importar la cantidad, nunca era suficiente.
Tanto insistieron en querer más, que decidimos comprar vasos de 1 litro para saciar su apetito por nuestra horchata artesanal. Esta anécdota refleja no solo su amor por nuestro producto, sino también cómo nuestras bebidas frescas han formado parte de la vida de quienes nos visitan.
Una de las historias que más nos emociona es la de Daniel, un joven estudiante que vivió en Sagunto y quedó fascinado con nuestra horchata. Años después, al mudarse a Ibiza, buscó en vano un sabor similar, pero nunca encontró nada igual.
Su amor por nuestra horchata fue tan grande que, en una ocasión, convenció a su novia para coger el ferry con su moto solo para regresar a Sagunto y revivir su recuerdo. Pasaron el día con nosotros, disfrutando de la horchata fresca, y regresaron a Ibiza el mismo día, felices de haber encontrado ese sabor inolvidable.
Una de las historias más entrañables sucedió en una feria en Cami Real, cuando sacamos el carrito de helados del abuelo Emilio. Este despertó un torrente de emociones en nuestros clientes, pero hubo un caso que nos tocó el corazón.
Trinidad, una clienta, se acercó con una sonrisa que pronto se convirtió en carcajada. Con nostalgia, le contó a su nieto cómo de niña se subía al radio de la rueda para ver los helados. Lo más emotivo fue cuando, con lágrimas en los ojos, recordó cómo su difunto esposo la invitaba cada domingo a disfrutar de un «Coyote» en ese mismo carrito.


